miércoles, 12 de abril de 2017

Te amo y dices...

Por y para ti, la más bella incrédula que he podido encontrar:                                                              Estoy cansado de escuchar cómo me repites, una y otra vez, aquello de que “las palabras se las lleva el viento”, ignorando que en ellas te grito todo lo que por ti siento. Yo no soy capaz de evitar que el  aire juegue, con las letras, cual ladrón y se lleve todo cuanto expresa mi corazón. Yo lo único que pretendo es demostrarte lo mucho que Te Quiero y la falta de cordura  con la que en mi cabeza penetraste. Porque desde que te conocí mi rutina cambiaste, pues mis días ya estaban acostumbrados a sucederse sin que un aire nuevo hiciera tambalear mis pasos.
Te Amo y dices que no lo sabes, que el amor de ahora ya no es como los de antes.
Te Amo e insisto en que es la pura verdad, porque colmas mi vida de una completa felicidad, porque ver y oír tu risa es mi prioridad.
Te Amo porque cada poro de mi piel, cada extremo de mi cuerpo se turban nada más que a mi lado estás.
Te Amo y me importas y no me interesan las demás.
Has sido y eres el sueño que no me atreví a soñar, la princesa de un cuento que no quiero finalizar, la protagonista de la que escribiría, hojas y hojas, sin atreverme a despertar.
Y, aún te diré más… 
Dicen, según el escepticismo de quien lo hable, que se puede o no enfermar por amor. Yo no sé hasta qué punto eso pueda suceder. Tampoco sé si habrá clases o tipos de patologías o malestar de amores pero, sí te puedo asegurar que la locura (de amor) es mi enfermedad y que yo mismo la he sabido diagnosticar, porque sus síntomas son la evidencia de lo que en mí has logrado desatar: loco por tus besos, loco por tu cuerpo entero, loco porque me miren tus ojos, loco porque me abraces, loco por estar contigo y no separarme de ti ni un instante.
Es esta pasión que por ti crece, la que me ciega los sentidos, la que borra tus defectos y acrecenta mis latidos. 
Es esta pasión la que te quiere como si fueras el mayor de mis vicios.
Es esta pasión la que, solamente, tú has conseguido.
Y si de algo debe nacer tu inseguridad será por mi incapacidad de bajarte las estrellas para que 
alumbren tu oscuridad.

Mas quédate tranquila, no me lo tienes que confesar porque son tus miradas y el rubor los que me cuentan lo que por mí estarías dispuesta a dar.                                                                                                                                                                                                 
Siempre tuyo.

El encantador de palabras.

          

martes, 27 de diciembre de 2016

Cómplice o testigo

Los titulares de un periódico local irrumpen con una noticia que apela a nuestra moral. 
Un pequeño y desapercibido pueblo, aledaño a la ciudad del Valle del Indo ha despertado con los rescoldos de una oleada de violencia brutal.

"¿Es la noche cómplice o testigo del mal? ¿Puede, con su impenetrable oscuridad, teñir las almas de quienes no desean la paz?"


martes, 29 de noviembre de 2016

Micropoema: Lo que tus ojos me cuentan

Cuán atrevida es la ignorancia que nada fui capaz de imaginar,
cuando tus ojos me contaron lo que con palabras no supiste expresar.
Como un telón que por terminada la función da,
viniste a dejar mis días en absoluta oscuridad.

Tu irónica sonrisa que, ahora recuerdo incoherente,
no pudo disimular tus ganas de abandonar,
de ponerle a nuestra historia un punto y final.

Y, aunque de dolor mi cuerpo se resintió,
mi cabeza no permitió que lo sufriera mi corazón.
Pues las fuerzas que, a veces, creí no tener,
me devolvieron toda mi integridad,
esa que por ti, casi llegué a olvidar.

Ahora soy yo la que ríe sin cesar,
la que no mira al pasado y,
es feliz con su soledad.

lunes, 24 de octubre de 2016

Una historia detrás

Esta noche el frío cala mis huesos y la lluvia congela mis sentidos y, casi que así lo prefiero. Abandonarme al tiempo como un día abandoné mi suerte o, me dejó ella a mí, no sé.
Esta noche ni siquiera los cartones que me cubren hacen de escudo contra mis miedos.
La coraza que tanto me costó vestir y el orgullo que difícil fue de convencer se sienten hoy reblandecidos, tocados y hundidos.
Es como si cada gota caída llegase al fondo de mi alma,como si llenaran la profundidad de un pozo que a punto está de rebosar.
Este año el otoño parece querer retrasar la crueldad de un largo invierno, quizás esta noche sea un aviso de lo que más adelante vendrá y, en realidad, pienso:
-¿Qué más me da?


Para mí los días pasan todos igual y, aunque me duela, confieso que deseo que me gane la oscuridad. Que de las pocas horas de sueño que la vigilia y, a veces, el alcohol me dejan conciliar, me pueda la batalla la muerte y no consiga despertar.
Soy consciente de lo fuertes que suenan ciertas palabras pero, estoy convencido de que en mi final encontraré la paz. Una paz que ansío y que mis pensamientos, el pasado y una devastadora sociedad jamás van a darme la posibilidad de alcanzar.
Mis juicios y el pasado son cosa mía y que yo con mis actos forjé pero, ¿y la sociedad?
Gente que pasa por tu lado y que no quiere mirar porque para todos es mejor ignorar el problema que tratarlo de solventar, gente que nada más ve suciedad, desechos de una trayectoria que no supieron manejar y se permiten con sus gestos castigar tu poca vanidad, gente que lastima sin atreverse a preguntar, pues detrás de estas fachadas inmundas hay historias que contar.
Vidas que se vivieron felices hasta que algo salió mal.
Vidas de las que se adueña el destino y no vuelves a contemplar.
Un destino, en mi caso, convertido en enfermedad. Un amargo dolor que se llevó al amor de mi vida, mi amiga, mi confidente, la madre que quise para mis hijos... Hijos de los que hoy me alegro no tener pues, ¿qué clase de padre sería?
Seguramente un padre olvidado, alguien del que avergonzarse...
Y no, nadie me preguntó:
-¿Es esto lo que quieres, amigo?
Y no, ni siquiera, un jefe ajeno al sufrimiento entendió:
-Lo siento, amigo. No podemos cubrir tus ausencias y sabemos que tu incorporación al puesto supondrá un bajo rendimiento para la empresa, de verdad, que lo lamento.
Y no, tampoco un hermano fue capaz de auxiliar:
-Hermano, amigo, son cuatro bocas las que con un sueldo tengo que alimentar, mi mujer sigue en paro y ya sabes lo mal que la cosa está. Lo siento.
¡Y no, nadie lo siente como yo!
Porque ellos no saben qué es perder lo que más quieres, nadie ha experimentado el vacío que sientes cuando estás sólo y rechazado por aquellos que creíste tener.
Ellos no imaginan lo que es levantarse cada mañana con un nudo en la garganta y esperar, con angustia a que de comienzo el final de la felicidad.
Ellos, seres capaces de disfrazar la cruda realidad, ignoran a qué saben las lágrimas de impotencia.
Nadie, absolutamente nadie, puede ponerse en la piel de quien lo ha perdido todo.
Porque duele...
Porque asusta...
Porque no gusta...
Porque da miedo...
Porque es muy duro...
Así que, que nadie me venga a juzgar, que nadie vuelque su desprecio porque me beba un par de litros al día, puede que más, que nadie mire mis zapatos si no es para ayudar, que nadie sentencie mi vida porque el de arriba de eso se está encargando ya.



Esta noche no hay estrellas que al cielo quieran alumbrar, solamente fieros destellos que nada bueno parecen presagiar.
No hay pasos, ni calles a medio transitar, puertas y ventanas cerradas están y en los hogares la distensión, el ruido, las risas, la conversación, en definitiva, el calor inunda cada rincón.
Para todos una jornada más, para mí un día menos.

Se oyen gritos y una sirena tronar.
Martín, compañero de cajero, ya se cansó de luchar.
¡Qué suerte la tuya que te marchaste primero!


miércoles, 28 de septiembre de 2016

Amigas sin diferencia

Cada noche asomada a la ventana, con la luna habla y al cielo clama.
Tan pequeña para comprender y tan grande para sentir.
Sólo es una niña y ya conoce el significado de la palabra dolor. Pero no el dolor físico, ese que notas cuando te lastimas una rodilla tras caer del columpio, sino el dolor del alma. El que une a las personas en su más estrecha intimidad, el que te arranca la piel y encoje el estómago.

http://www.encuentos.com/poemas/el-cielo-se-quedo-a-oscuras/

Cuando Ana llegó al colegio, Clara, inmediatamente, supo que sería su mejor amiga, porque donde el resto de sus compañeros veían diferencias, ella contemplaba amor.
-Ana es una chica especial pero, no por ello deja de ser igual a nosotros. Ella también viene a compartir, a aprender y jugar.
Es posible que donde vosotros deis un paso, ella tenga que dar dos pero, entre todos le ayudaremos y la respetaremos, les dijo la seño antes de que ésta apareciese.
Estaban intrigados, ¿a caso no eran todos singulares?
Por fin, Ana entró en el aula y lo único que Clara vio de particular, fueron sus ojos rasgados y su lengua de trapo. Una lengua que le hizo sonreír desde lo más profundo de su corazón, a sabiendas de que lo que sí iba a ser especial era su amistad.
-Mamá ¿Qué es Síndrome de Down?, preguntó Clara al volver a casa.
Puede que la explicación y la posterior búsqueda de la definición en Google no disipara mucho sus dudas, porque si no era una enfermedad y no tenía cura ¿qué, narices, lo provocaba?
Tampoco le importó, puesto que si la aclaración era de mayores no la entendería. Lo que, verdaderamente, le preocupaba era que Ana estuviese bien. Iba a ser su amiga y temía que algo le sucediera.

Tal y como Clara se propuso se hicieron grandes amigas. Compartían pupitre, estuche y hasta el almuerzo.
Encajaron a la perfección. Clara le apoyaba en todo. Juntas no había quien pudiera evidenciar su retraso.
Con Ana se sentía inmensa y chiquita a la vez, buena y perversa también, juguetona y traviesa... La niña que nunca quería dejar de ser. Se sentía feliz.
Eran las dos, la mayor parte del tiempo. Incluso los días que Ana tenía médicos, logopeda o terapia, Clara pedía a su mamá que la acompañase a su casa para preguntarle -¿qué tal?. Para que supiera que ella siempre iba a estar ahí.
¡Cuántas noches, su madre, tuvo que congelar la comida!, ya que no se podían negar ante la insistencia de Ana por que se quedaran a cenar.

Más que uña y carne y tinta para papel.
Su relación era por todos admirada.
Fueron objeto de burlas, pues ya se sabe de la crueldad de los niños pero, nada las separó.
Solamente el destino es capaz de ejercer tal poder, sin mirar a dónde ni a quién que, ni tan si quiera se cuestiona el daño que puede llegar a hacer.
Y es que una ventosa mañana de Abril Ana no se presentó en clase.
Las hojas que de los árboles caían parecían anunciar que lo que tan rápido y lindo floreció tristemente debía marchitar.
La señorita no supo decirle a Clara el motivo de su ausencia.
Al regresar de la escuela su mamá la esperaba.
El padre de Ana les había llamado.
Al parecer en la noche se puso malita, le costaba respirar y tuvieron que salir de urgencia para el hospital.
-Clara, es difícil aventurar. Su corazón está muy debilitado. Según su papá me contó, ya de bebé la operaron de gravedad. Y, de nuevo, su vida está en su fuerza y en las manos de los doctores. Fueron las palabras que su madre, visiblemente emocionada, pudo pronunciar.
Clara que , incrédula escuchaba, enmudeció, dejó caer su mochila al suelo y se marchó a su habitación.
De la posición en que la cartera quedó y de una cremallera mal cerrada, sobresalía un folio a medias arrugado. Su mamá se agachó para recogerla y éste termino de salir.
Un dibujo emborronado de dos niñas cogidas de las manos. Una con una amplia sonrisa y otra con ojos rasgados.



jueves, 15 de septiembre de 2016

Microrrelato: Lo que te hace única

Todavía percibo el suave aroma de tu piel. Ni tan si quiera mis sábanas han querido borrar la huella de tu fragancia.
No me atrevo a abrir el cajón del tocador y comprobar que tu perfume ya no está debidamente colocado junto a las llamativas lacas de uñas.
Cada mañana escucho el agua discurrir mientras de tu boca se escapan las letras de ininterrumpidas canciones. Ese karaoke improvisado al que me invitabas, sin lograr hacerme participar.
¡Qué ironía! Lo que antes me llegó a enervar, hoy no lo dejo de recordar.
Más te diré, que al fontanero tengo en casa porque el grifo te abrí.
Conservo tu ridícula taza de café, tal vez porque espero que la vengas a recoger, tal vez por no ver la mía sola.
-¡Joder! ¡Has vuelto a usar mi taza de nuevo!-
Lo que daría porque estuviese siempre sucia.
He pensado cambiarme al té.
Cambiar...
Lo que sí he de quitar, es tu nombre de mi buzón, pues ya nadie allí te irá a buscar.
Mira, que se de alguien que te quiere encontrar y no sabe por dónde empezar.
Sin darme cuenta al escondite contigo jugué y ahora ya es demasiado tarde para volver.
¡Qué pena que dejase perder lo que te hacía única!
¡Qué pena que de mí ya nada quieras saber!

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martes, 6 de septiembre de 2016

El sueño de Bom

"Dicen las sabias lenguas que todo aquel que desea cambiar, termina por ver sus anhelos hechos realidad."

Desde el confort de su capullo, Bom recuerda, con cierta emoción, las veces que su mamá Mandi, una hermosa oruga, le repetía en su primer ciclo de vida que lo mejor estaba por llegar.
No le explicó por qué y, ahora entiende que quién no sueña alto, jamás volará alto.

http://listas.20minutos.es/lista/el-increible-mundo-de-las-mariposas-300035/

No es que le guste estar encerrado pero sabe que su cautiverio es el paso previo para conseguir lo que, tanto él como su mejor amigo Bix, siempre habían querido.
Bom y Bix, dos inseparables gusanitos eran felices con su arrastrada vida terrestre pero, fantaseaban cada día con poder mirar al mundo desde arriba.
Adoraban el canto de los pájaros. Seres superiores los consideraban, capaces de vislumbrar bellos parajes, de sentir el viento entre sus plumas y escapar del peligro sólo con batir sus alas.
Jugaban a ser pequeños jilgueros que desde las ramas de los árboles se lanzaban, incapaces de percibir la libertad al volar.

Una tarde de tormenta, cobijados bajo una enorme piedra, Bix perdió toda esperanza. Se lamentó por ser un minúsculo ser vivo, se quejó de no servir para nada, de vivir aterrado por miedo a ser aplastado, sepultado o, incluso, arrastrado por corrientes como la que se estaba formando en ese instante.
Bom que interiorizó su pena, trató de disipar sus malos pensamientos y su tristeza. Le dibujó un mundo dónde los sueños eran posibles, y como si de una película se tratase le narró secuencia a secuencia una vida de color. Una vida donde su objetivo enfocaba hacia a bajo, donde no tener que levantar la cabeza y vigilar.
Bix comenzó a encontrarse más animado, pese a ser muy consciente de que eso nunca podría pasar.

Decidieron pasar ahí la noche, refugiados, pues la lluvia no amainó. Pero a la mañana siguiente cuando Bom despertó, Bix había desaparecido.
Siguió su rastro por el angosto barro, cosa que no era difícil los días en que el agua hacía su presencia.
Le resultó extraño puesto que tomaba direcciones por las que no habían pasado antes.
-Ha debido de caminar durante toda la noche, pensó. Porque su marca no parecía acabar en ningún lado.
Pasó horas explorando cada rincón sin resultado alguno.
El cansancio y la falta de movilidad, consecuencia ésta última que no comprendía, vencieron sus ganas de averiguar dónde se había metido.

Desde su cálida y acogedora crisálida piensa en su amigo Bix y asoma a su cara una pequeña sonrisa. Pronto volverá a buscarle pues, sabe que como a él también le llegó su momento, el momento que tanto habían imaginado. Un juego hecho realidad.
Sólo espera que en su huida no dejara de creer. Porque creer es poder y el poder más fuerte es creer en uno mismo y en sus capacidades.


viernes, 5 de agosto de 2016

La curiosidad de Pink

Visiblemente agitada, Pink, la cerdita, apenas podía contener la emoción que sentía.
Aquella tarde sería la primera vez que iría al campo. Pisar la hierba, su suave cosquilleo, oler sus flores, esos otros seres vivos que visten a la naturaleza de luz y color, correr y jugar junto al resto de sus hermanos y sus papás.
Su mamá, Margarita, le había contado lo maravilloso que era notar el aire limpio y fresco y, la suerte que ellos tenían de poder hacerlo.
-Tristemente, hija, no todos tenemos esa libertad, le dijo.
Le advirtió, además, de no cruzar el camino que atravesaba las tierras.

http://galeria.dibujos.net/dibujos-de-los-usuarios/cerdito-2-pintado-por-cerdita-7377114.html


Como cada tarde, Pedro, un humilde pastor, dueño de una discreta piara, abrió la puerta de su hacienda, permitiendo a sus cerdos el paseo y disfrute de estar en el exterior, comiendo de los frutos encontrados.
Pink, nerviosa, fue la primera en salir de la granja. Consiguió estar a la cabeza abriéndose paso entre pisadas y empujones.
Andaba y corría de un lugar para el otro, al resto del grupo le costaba seguirla.
Todo le parecía espectacular. Era más bonito de lo que había imaginado. Pero, en su imaginación, también descubría la curiosidad por saber  qué era aquello que su madre no quería que viese al otro lado del camino. Así que sin pensárselo fue hacia allí, ignorando los gritos de sus hermanos y la reprimenda de sus padres que, a lo lejos veían cómo avanzaba.
De pronto dejó de escucharlos y unos desesperados chillidos llamaron su atención. Alguien más había en ese extenso campo y parecía estar en apuros.
A cada paso que daba se sumaban nuevas voces.
-¡¿Qué estaba pasando?!
Llegó a una zona poblada de largos y estrechos árboles pero, no pudo contemplar nada, tan sólo una nave enorme, y lo que parecían llamadas de auxilio provenían de ahí.

Justo cuando estaba a una pezuña de averiguar lo que en ese sitio ocurría, su papá le estiró de la cola y la llevó de vuelta con el resto de su familia.
-¡Has desobedecido las palabras de tu madre! ¡Y has puesto en peligro tu vida! le dijo enfadado su padre.
-Lo siento papá. No pensé que pudiera sucederme nada, contestó la cerdita.
-A veces la curiosidad puede acarrearnos serias consecuencias, pues ignorar el sentido, el funcionamiento e, incluso, el por qué de las cosas junto a la necesidad de buscar respuestas nos vuelve vulnerables en un entorno que desconocemos, fisgones en asuntos ajenos e imprudentes ante posibles riesgos. Añadió más calmado su papá.

Al llegar a la granja su mamá estaba disgustada y sus compañeros y hermanos preocupados, Pink no entendía cuál era el motivo de sus estados pero, sí comprendió las palabras de su padre, aunque de algunas de ellas no sabía lo qué significaban.

Un abrazo y una disculpa fueron suficientes para cambiar los ánimos de todos y arrepentida, Pink esperó la llegada de un nuevo día para disfrutar de lo que ya conocía.

                    ¡¡¡Colorín Colorado, Una Advertencia Siempre Ha De Ir A Nuestro Lado!!!


jueves, 21 de julio de 2016

Más de una jugada

Junto a sus amigotes comentaba el placer que resultaba de una situación como la suya. Se reía y vanagloriaba de ser gran amante y todo un Adonis.
-Todas se rinden ante mis encantos, les decía con sorna mientras sacudía el polvo de sus hombros.
Y parecía ser así, Ana sentía tal admiración por su novio que, era impensable que pudiera engañarla. Siempre atento y educado, detallista y bueno en la cama.
Por su parte Lucía quedó prendada de sus tan expresivos ojos verdes, su sonrisa y su falta de compromiso y madurez, lo que vulgarmente llamaríamos de otra forma: un cabrón.
El doble juego estaba saliendo bien. El amor por un lado, la diversión por otro y su orgullo enaltecido.
Pero, ¿pueden verse las cartas cuando uno cree tener la mejor jugada?
Ana y Lucía se conocieron una de las noches que él la pasaba con los amigos. Ninguna mencionó su relación, ni esperaron sentir cierta complicidad, ni el rubor al contacto de la piel, ni tan si quiera el deseo de repetir.

Mientras ellas compartían la experiencia de una nueva pasión, él barajaba unos naipes trucados.
http://blogs.eltiempo.com/un-blog-para-colorear-en-3d/2016/03/04/lo-que-no-sabias-acerca-de-los-triangulos-amorosos/

lunes, 27 de junio de 2016

Hoy, puede ser un nuevo mañana

Hoy emprende una lucha. Una guerra de la que poder vanagloriarse y de la que no obtendrá ningún reconocimiento, más que el derecho lícito de todo ser humano, la única e inapelable condición que todos deberíamos poseer: una Vida Sana y Saludable, donde la enfermedad no tenga la capacidad de poder mermar nuestras facultades, donde no pueda tomar el timón y controlar el rumbo de nuestros destinos.

http://www.fonditos.com/
Hoy solamente los que lo queremos sabemos el camino que está por comenzar.
¡¡Valiente Dios si existes, el Universo y todo lo que en él conspira!!
¿Quién decide poner a prueba a un ángel caído del cielo, a una alma pura e indefensa, cuyo pecado es colmar de orgullo y cierta arrogancia a unos padres henchidos de felicidad por su llegada?
Hoy lleva su mochila como cada mañana pero, el trayecto es diferente y lo que en ella ocupa también.
-Mamá, ¿por qué has metido mi pijama de Spiderman?
-Quizás la excursión a este nuevo cole se alargue unos días. Puedes coger a Beny, seguro que querrá acompañarte.
Hoy no encuentro las palabras para explicarle a un niño de ocho años que, sin conocer las causas, un grupo de células ha comenzado a crecer y multiplicarse en su organismo, anulando las células normales de su alrededor.
¿Es, realmente, necesario decirle la verdad?
Siempre ha sido un chico muy adelantado y listo, con algo de picaresca y resuelto pero, hay cosas que la razón no entiende y que, difíciles de ser asimiladas, se alejan de cualquier explicación posible.
Por supuesto, que si quiere respuestas, las tendrá. Buscaremos el modo y lo digeriremos juntos.
Hoy vienen a mi memoria los momentos de angustia cuando, con tan sólo cinco añitos, el virus de la varicela invadió su suave y delicada piel.
¡Pobrecito! Ese irremediable picor nos tenía desesperados. Gracias a Beny y a la ingeniosa imaginación de papá hallamos consuelo.
Beny era su osito de peluche preferido, al que papá pegó pegatinas rojas de distintos tamaños simulando contraer la misma erupción.
¡Mirad! ¡Creo que Beny se ha contagiado de varicela! ¡Tenemos que curarle!, nos gritó una mañana desde el cuarto.
Corriendo fuimos con él, casi se me escapa la risa al verlo.
¡Rápido mamá! Hay que echarle polvos de talco para que no se rasque, me dijo.
De esta manera, preocupado por su oso y pendiente de prestarle los cuidados necesarios, relegó la aparición de sus vesículas a un segundo plano.
Hoy al atravesar la entrada de la unidad especializada en el tratamiento de niños con cáncer, él se hace el fuerte y a mí se me cae el alma a los pies.
Una trata de hacerse a la idea de la enfermedad, su proceso y todo lo que implica mas, verlos a ellos, pelones, enganchados a sus máquinas y con una sonrisa en la cara es... ¡Es Injusto!
No sé si ha sido mi hijo o he sido yo quien ha agarrado con fuerza nuestras manos pero, los dos somos conscientes de que jamás permitiré que nada ni nadie me lo arrebate.
Todo es de colores y está lleno de luz y calor. Un calor acogedor, aseguraría que es el que irradian las miradas de cada una de las personas (grandes personas), con las que nos cruzamos hasta llegar a nuestra habitación.
Nos ha dado la bienvenida el payaso Pikolín, cuyo nombre le viene de lo mucho que le gusta dormir. ¡Lo hemos pillado durmiendo en nuestra cama! ¡Qué susto se ha llevado!
Cuanto nos hemos reído.
Me ha soltado la mano y se ha relajado y yo me he sentido tan insignificante ante la entrega, la fe y la labor de aquellos que viven por y para ayudar a los demás. Pues una simple carcajada conlleva un gran esfuerzo y dedicación y más, ante tales circunstancias.
Hoy la doctora nos ha informado de las pruebas y la manera de combatir "a las pequeñas manchas rojas (como las de Beny), que ahora están por dentro de tu cuerpo y no se ven".
-El trayecto será largo y los pasos pueden parecer pequeños pero, hay una llegada a meta, en la que todos, tu familia y nosotros te estaremos esperando y en tu recorrido tú, tú vas a enseñarnos lo fuerte que eres y lo mucho que los quieres, recalcó la doctora guiñándonos un ojo a su padre y a mí.
-¡Ah! Sólo una cosa más.
Hoy puedes jugar y conocer cuanto desees, añadió.
Y, así, entre juegos y batalla derrotamos al linfoma. Ese que nadie supo cómo llegó pero que se equivocó, porque mi hijo es un gran luchador.
Hoy ya no existen los lamentos, los llantos ni las suplicas. Se borraron el dolor, el desánimo y la rabia. Se me olvida aquel olor y las noches con sus días.
Almaceno en  mi recuerdo lindos rostros y palabras que fueron mi sustento y me ha debido de crecer el corazón de tanta gente a la que admiro y de a los muchos que he querido y aún quiero.
Hoy ya sé que sí existen los superhéroes y las superheroínas porque yo tengo uno en casa.

A los diagnosticados, enfermos, curados y a los, tristemente, fallecidos mi más sincera admiración, pues pelear contra algo invasivo e invisible es un arduo trabajo. Una verdadera lucha de Titanes y no las que se cuentan en la mitología griega.

A los familiares muchísima fuerza y todo mi ánimo. Ellos son la base. Si un pilar se debilita corre peligro de derrumbe.

A los profesionales (médicos, investigadores, enfermeras...) a los voluntarios ¡Muchas Gracias!

Al resto... Sensibilizar y Concienciar, porque todos los días deberían ser 15 de Febrero (Día Internacional del Cáncer Infantil)


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